Viernes, 31 de octubre de 2025
UN PASEO COMUNITARIO POR NUESTRO BARRIO
“Cuando nos unimos, florece la salud”
A través del trabajo con la tierra, revivimos el sentido profundo de autonomía y cooperación, y tal fue asi que en los días previos al concurso, los miembros de la Red de Iniciativas de Autonomías Alimentarias (RIAA) se acompañaron mutuamente: compartieron semillas, herramientas, saberes y afectos.
Demostrado que en cada huerta florecieron no solo plantas, sino la solidaridad y la alegría del trabajo colectivo.
Hubo tardes enteras de risas, de organización, cooperación, intercambio de consejos sobre cómo mejorar la siembra y anécdotas que narran cómo la huerta se convierte en un espacio de creación, salud y encuentro.
De esa experiencia surgieron también expresiones artísticas llenas de vida: coplas, cantos, representaciones visuales y relatos de las huertas de Carmen y Guille que fueron testigos de este florecimiento cultural, donde el arte y la tierra dialogan como una sola voz.
Aunque el resultado del concurso no nos puso entre los ganadores, el verdadero premio fue sentirnos parte de algo colectivo, donde cada esfuerzo individual se transforma en fuerza comunitaria. Nadie perdió, porque todos ganamos en unión, confianza y sentido de pertenencia. Las creaciones nacidas de este proceso son un gesto para mostrar que en nuestro barrio la salud se cultiva desde la alegría, el arte y la participación activa.
Esa energía tomó forma el pasado 11 de octubre, durante el paseo comunitario, una caminata que tejió movimiento y esperanza. Recorriendo las calles del barrio, entre pasos tranquilos, fotos y risas, las huerteras de la RIAA, junto a vecinas entrañables como Doña Susanita y Doña Hermencia, nos recordaron que moverse juntos también es sanar.
En cada paso, el cuerpo se hizo palabra y el movimiento, resistencia. Al caminar, comprendimos que la recreación no es un lujo, sino un derecho que muchas veces se ve limitado por las inequidades en salud y en el acceso a espacios seguros y dignos para el disfrute del cuerpo y la naturaleza. Sin embargo, el paseo mostró que la comunidad puede transformar esa realidad: organizarse y cooperar es también una forma de justicia social.
Muchos vecinos comentaron cómo los dolores y las preocupaciones del día parecían disiparse al sentir la cercanía del grupo, las risas y la caminata compartida. Cuando el cuerpo se mueve junto al de otros, el alma también se alivia.
Y fue así como entre todos comprendimos que moverse en compañía libera tensiones, alegra el corazón y fortalece los vínculos; Este paseo nos dejó una enseñanza profunda: cuando el cuerpo se mueve junto al de otros, el alma también se alivia. Así entendemos que la salud nace del encuentro de la comunidad: moverse, encontrarse y sentirse parte de algo más grande.
Este encuentro dejó los primeros esbozos de lo que será nuestra Ruta de Recreación y Actividad Física, un camino hecho con las voces, pasos y sueños de todos.
INICIÓ NUESTRO CURSO DE ALFABETIZACIÓN EN SALUD
Aprender también es cuidar la salud
Sabemos que muchas de las dificultades para acceder a servicios de salud no se deben solo a la distancia o a los costos, sino también a las brechas digitales: personas que no pueden agendar una cita en línea, revisar resultados o comunicarse con su EPS por falta de herramientas tecnológicas.
Este curso nace como respuesta a esa realidad. Al aprender a manejar un computador y navegar por Internet, cada participante fortalece su autonomía y su derecho a la información en salud, evitando depender de terceros y reduciendo las barreras que alimentan la desigualdad.
La primera sesión fue un encuentro lleno de curiosidad, risas y ganas de aprender. El salón comunal se transformó en un aula viva donde los computadores dejaron de ser máquinas ajenas para convertirse en herramientas de conexión y comunicación.
Durante la jornada, los vecinos y vecinas del barrio participantes aprendieron temas básicos de ofimática, el uso general del computador y el manejo de Word, descubriendo cómo escribir documentos, elaborar hojas de vida o realizar actividades útiles para la vida diaria.
Fue emocionante ver cómo todas las generaciones se unieron: niñas y niños ayudando a los mayores a encender el computador, adolescentes fortaleciendo sus habilidades laborales, y adultos mayores celebrando cada logro con orgullo.
Este encuentro intergeneracional nos recordó que el conocimiento no tiene edad, y que aprender juntos también es hacer salud comunitaria: fortalece la memoria, mejora la confianza, amplía las redes de apoyo y nos prepara para vivir con más bienestar y participación.
A medida que el curso avance, las próximas sesiones se entrarán en el uso de herramientas digitales para la salud: aprenderemos a comunicarnos con las EPS, gestionar citas médicas en línea y acceder a información confiable sobre autocuidado y prevención.
De esta manera, la tecnología se convierte en una herramienta de autonomía, cuidado y justicia social, que nos permite cuidar de nosotros mismos y de nuestras familias, sin depender de intermediarios ni largas filas.
Cada clic, cada avance y cada sonrisa son semillas de equidad que germinan en nuestra comunidad.
Porque en esta era, aprender es también un acto de salud, de libertad y de solidaridad.
Realizado por:
Dra. Angela Guerra, Eliana Lache, Laura Huertas


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